Apliquemos la ciencia del protocolo basándonos en las leyes, uso y costumbres. Analice bien las dos últimas opciones, a la luz de las Normas del Protocolo, porque en la mayoría de los casos, se cometen garrafales errores que siguen en práctica y no permiten que el ejercicio de la profesión del protocolista, sea una carrera como tal. Una ciencia y un arte.
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