viernes, 12 de diciembre de 2014

NUNCA SIN MI SOMBRERO




Autor : @protocolorango | El sombrero surge como una necesidad para protegerse del sol y la lluvia, principalmente entre la comunidad productora. Su instauración data del antiguo Egipto, donde utilizaban algunos tocados. Uno de los primeros tipos de sombreros que se utilizaron fue el denominado gorro frígido, que fue utilizado por los griegos para simbolizar que todo aquel que lo portara era un esclavo al que se le había otorgado su libertad. Desde ese momento a nuestra época ha pasado mucho tiempo y ha otorgado al sombrero diferentes simbologías a lo largo de la historia.


Hablando con algunas personas del entorno estas me comentaron que “Mi abuelo no salía a la calle sin su sombrero y estrenaba uno cada año, siempre en las fiestas  patronales del municipio” (Arona en Octubre).

En la actualidad esta prenda que antaño era una reseña de distinción y de estatus social, formando parte del conjunto de complementos imprescindible en cualquier armario, tanto de un caballero como de una respetable señora, ha ido perdiendo seguidores a lo largo del tiempo.


 

El sombrero tiene un código de comunicación que se relaciona con el respeto hacia los demás, a nadie se le ocurriría portar un sombrero en un templo cubierto o no descubrirse ante el saludo a una dama, aunque este gesto sea, hoy en día, con un gesto a modos simbólico. En la actualidad llevar un sombrero es una decisión algo difícil, ya que al haber caído en desuso, nuestros semejantes, sobre todo los jóvenes, no ven con buenos ojos al portador, incluso algunos establecimientos como discotecas o bares restringen la entrada aquel que lleve un sombrero de ala, acorde con su etiqueta.

Bombín, sombrero de copa alta, chápela, cachorro (fedora), canotier, son algunos de los muchos tipos de sombreros que en la actualidad podemos encontrar para la indumentaria masculina. En cuanto a las damas la pamela, el sombrero cloché, los tocados o la gorra Julieta, son algunos de los tipos que están presentes en los fondos de armario.

 

Para ellas el dilema es: ¿Tocados o sombrero?

Esta decisión viene marcada por la hora del día, la etiqueta se marca en función al acto que acudiremos, bien sea por la mañana, tarde o noche. Como norma general el tamaño del sombrero o del tocado merma a medida que crece la hora del día. Es decir, durante el día y hasta mediodía, las pamelas y los sombreros generosos en su diseño de alas o los tocados grandes con colores vivos, que pueden incluso tapar parte del rostro, evitando, eso sí, los dorados, los cristales que se reservan para la noche, son ideales para deslumbrar a los actos que acudimos.

Durante la tarde tendrían que ser más discretos y ya por la noche, los tocados son los protagonistas haciendo que el sombrero pase a un segundo plano.

 

El rey de la noche de todas las damas son los tocados, que siempre deben de estar acorde con el vestido, no olvidar que son parte de los complementos, aunque tocados y vestido deben de sumar un todo. Pedrería, cristales, elementos súper brillantes y luminosos, son los materiales de estos tocados que dan a las señoras un toque de glamur.

La correcta etiqueta hace que el tocado permanezca puesto desde que se sale hasta que se regresa, teniendo la licencia de no quitárselo en ningún momento. Incluso el sombrero de señora, la pamela por ejemplo, tiene esta licencia en algunos lugares de culto en ocasiones de bodas o bautizos. 

 

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