lunes, 3 de noviembre de 2014

MANOS, UÑAS Y GESTOS


Las manos y las uñas como elementos comunicacional, son entre otros, instrumentos poderosos que  trasmiten el estado de ánimo en que nos encontramos y el tipo de persona que somos. Es conocido por todos, que las manos demuestran la edad, y es ahí donde entra la discreción y sobre todo la sobriedad en los movimientos de los brazos y las manos. Los gestos exagerados, movimientos bruscos y rápidos, no siempre sirven para dar énfasis a lo que estamos expresando. Darle ritmo a las palabras, no solo es molesto a las personas alrededor, sino que altera y provoca un deseo instintivo de alejarse. Comerse las uñas, tenerlas disparejas, con la pintura " desconchada"; mantener las manos húmedas, manchadas de tinta, grasosas y sucias,  hablan por usted y no respaldan su trabajo.
En el área de las relaciones públicas y el protocolo, es indispensable mantenerlas impecables, bien pintadas, del largo adecuado y sobre todo saber en qué momento justo accionarlas. Como elementos indispensables para la gesticulación oratoria, es indispensable vigilar y adiestrarse en los gestos que hagamos con las manos, al momento de las intervenciones públicas. Como regla de oro tenemos que más vale no hacer ningún gesto, que hacer gestos ridículos mientras se pronuncia una salutación, felicitación, bienvenida o un discurso de orden


Frentealespejo. Si usted no tiene pleno dominio de sus movimientos, quédese con las manos sobre el podio, mientras lee o pronuncia sus palabras, y aunque la inamovilidad no es el ideal, es lo menos perturbador a la imagen que tendrá de usted el público. Evite los gestos rápidos, nerviosos, ya que es contagioso y se apoderaría muy pronto de su auditorio, de ademanes estereotipados, repetidos incansablemente a lo largo de sus palabras, no haga el gesto después de haber pronunciado la palabra a que se refiere, pues el ademán debe preceder imperceptiblemente a uno o dos segundos a la palabra que quiere recalcar, y acompañarla mientras ella dura. Cuídese mucho de los tics como tamborilear con los dedos, la mesa o el podio, no se rasque la cabeza, no se muerda las uñas, no haga sonar sus dedos, no gesticule todo el tiempo, porque sus ademanes perderían la fuerza que desea imprimirle a sus palabras. Un ejercicio práctico es pararse frente al espejo, busque sus gestos genuinos, que más le favorezcan, sin ridiculizar la situación, y repita frente a un amigo esos gestos voluntarios, hasta que formen parte de su naturaleza, transformados en reflejos, y de ahí nacerá la naturalizad, involucrada su personalidad. Practique y le deseo éxito. 



 

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