Como bien lo expresó el Dr. Antonio Márquez Morales, decano en la materia, el primer principio de las Relaciones Públicas es PONER LA CASA EN ORDEN y para el Relacionista, así como el Protocolista, aplicar este principio es pena capital que determinará su éxito tanto a nivel profesional como a nivel personal. Nadie da lo que no tiene por conducta, y si usted no es honesto, disciplinado, paciente, ordenado, dispuesto a los cambios y libre de ataduras políticas e intelectuales, será difícil que alcance optimizar sus esfuerzos en la consecución del bien colectivo, prosperar como individuo y cumplir con la responsabilidad social que tiene con la comunidad y su entorno. Un equipo de trabajo actualizado, con una visión y misión claros, es su mejor aliado. Discipline a su equipo, hábleles y deles ejemplo de lo productivo que es ser honesto en la palabra y la acción. "La honestidad u honradez es el valor de decir la verdad, ser decente, recatado, razonable, justo u honrado" (Wikipedia).
No es sencillo, pero su trabajo está en alcanzar esos niveles de plenitud existencial. Es mejor que no lo quieran a uno por estricto y cumplidor, que lo quieran como cómplice de actos serviles y poco dignos de la mirada de Dios. Bien sea usted Jefe o subalterno, defina claro su objetivo, trace líneas de optimismo, e inicie sin tardanza el camino hacia la perfección en su trabajo. Conviértase en el mejor aliado de su Jefe. No le estoy pidiendo que sea complaciente a todo lo que éste diga y tampoco se convierta en su bufón. Si está ocupando un puesto gerencial, amplíe su horizonte y manténgase actualizado. Lea, lea, lea y vea también. Las experiencias que dejan un mejor aprendizaje, son aquellas donde hemos logrado superar en el pre evento, los errores que estuvimos a punto de cometer, si no hubiésemos hecho una evaluación a tiempo y sobre todo escuchado algún comentario que nos alertó al respecto. Sea su mejor espectador, sea crítico, evalúe todos sus movimientos mientras investiga, planifica y comunica todo lo que organiza y ejecuta. 
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